8 factores que desgastan tu bicicleta

Si tu bicicleta necesita revisiones más frecuentes de lo habitual, puede que esté afectada fuertemente por uno o por varios de estos factores que aceleran el desgaste de los componentes.

Con cada pedalada, nuestra bicicleta se desgasta. Hay muchas partes móviles en constante fricción, desde la transmisión a los neumáticos o los pivotes de giro de las palancas de los frenos. Todo sufre desgaste, y todo requiere cuidado y mantenimiento o sustitución, pero hay una serie de factores que aceleran los intervalos de actuación. Hay realidades contra las que no podemos luchar, por ejemplo, si salimos a montar todos los días, o pesamos mucho, la bicicleta sufre más y sus partes se desgastan antes, eso está claro. Pero si la limpiamos y lubricamos todos los días, y procuramos llevarla bien ajustada y montar con un estilo fino -no en plan rompehielos prolongaremos sobremanera su vida útil.

Estos son algunos factores que puedes valorar para saber si están afectando a los períodos de mantenimiento de tu bicicleta.

1. FRECUENCIA DE USO

Es lo más evidente: cuanto más utilices tu bicicleta antes se desgastarán las piezas y con más frecuencia requerirá un mantenimiento. Los consumibles como los neumáticos, la transmisión (cadenas y casetes) o las pastillas de freno se desgastan con el uso frecuente, pero con un adecuado mantenimiento, ajuste y limpieza se puede prolongar su vida útil, como limpiar y engrasar la cadena después de cada salida.

2. EL ENTORNO

Los distintos lugares por donde montemos someten a nuestra bicicleta a diferentes sufrimientos. Los senderos con barro, arena, polvo o agua afectan sobre manera a la transmisión, perjudicando su lubricación o creando una pasta abrasiva que acelera el desgaste. Tampoco es lo mismo rodar habitualmente por pistas en llano que hacerlo por terreno con grandes desniveles y senderos rocosos, donde transmisión y frenos sufren una demanda adicional tanto en las subidas como en las bajadas.

3. ¿CUÁNTO PESAS?

El peso es un factor determinante. Los frenos van a necesitar más trabajo para detener a un biker pesado que a uno más ligero, pero igualmente los componentes, que van a sufrir más estrés: más presión de los neumáticos contra el suelo, más torsiones, y también más tensión en la cadena. En e-bike, más esfuerzo para el motor. En este aspecto es importante utilizar una bicicleta correctamente dimensionada a nuestro peso, buscando un montaje más resistente si es necesario.

4. CALIDAD Y AJUSTE

Probablemente dos componentes iguales pero de diferente calidad funcionen igual, pero a la larga, el económico durará menos, al estar fabricado con materiales de menor calidad y tolerancias mayores. Una muestra clara la encontramos en las cadenas, donde por ejemplo las Shimano de gama alta (XT, XTR) reciben un tratamiento de ultrabaja fricción que reduce el desgaste y prolonga su propia duración y la de casete y plato. También es fundamental llevar todo bien regulado; todos sabemos que el desgaste del neumático es exponencial si rodamos con presiones demasiado bajas.

5. ¿ERES FINO O BRUTO?

Esto es muy importante, cómo es tu estilo de pilotar. Hay personas que pinchan ruedas habitualmente pero otras casi nunca, rodando a la misma velocidad y por los mismos senderos. Un estilo fluido es clave para “proteger” la bicicleta, buscando las mejores trazadas, sabiendo cuándo y cómo frenar en las curvas y usando el cuerpo como elemento de suspensión para ayudar a nuestra bicicleta a superar rocas o raíces.

6. E-BIKE VS MUSCULAR

Las e-bikes requieren más mantenimiento, sobre todo en transmisión y frenos. Aparte de que son más pesadas, la transmisión sufre un esfuerzo (más fricción) adicional por el par motor, y los frenos tienen más trabajo en las frenadas. En e-bikes es importante no apoyase siempre de la fuerza del motor y abusar de las coronas pequeñas: es aconsejable llevar un cadencia de pedaleo alta, lo cual libera tensión en la cadena y a la vez aumenta la duración de la batería.

7. MEJOR IMPOLUTA

En cuadro, componentes o ruedas no hay que ser tan exigente, pero la transmisión hay que llevarla siempre impoluta. El polvo, la humedad y en definitiva la suciedad, se acumulan en la cadena y forma un pasta abrasiva al mezclarse con la lubricación, que desgasta poco a poco todas las partes móviles. Limpia la transmisión y la bicicleta después de cada salida, y lubrica debidamente. No hace falta recordad de nuevo que la limpieza con agua a presión no es nada recomendable.

8. BAJO TECHO

La lluvia, la humedad y los rayos ultravioleta del sol pueden generar la aparición de óxido o deteriorar gomas, plásticos o la pintura de tu bicicleta.Siempre que puedas almacénala seca (nunca mojada) y a cubierto. Si no tienes otra opción que dejarla en la terraza o en la caseta de jardín procura cubrirla con una funda protectora. Si tienes una e-bike, el calor o frío excesivo pueden afectar al rendimiento o duración de la batería.